jueves, 14 de abril de 2011

VISITA DE SANTIAGO SEGUROLA


Pausado, con voz tranquila y una mirada serena y tímida, Santiago Segurola dejó más de una lección de periodismo -deportivo y generalista- en su visita al Máster de ABC.

Su fascinación por el deporte viene de familia, pero, sobre todo, por el placer que le ofrece la lectura: «Una crónica deportiva contiene los mismos elementos que una novela o una película: drama, épica, tragedia, análisis». Y es lo que busca al escribir sus propias crónicas: contar una historia. Pero el trabajo no es tan sencillo, él mismo reconoció que el ejercicio de escritura requiere su práctica, su estudio, su implicación personal en la materia. «No se puede improvisar. Escribir de deportes tiene que ver con la pasión, con la experiencia y con el bagaje», comentó el actual adjunto al director del diario «Marca».


Esa pasión que impregna en sus crónicas es la misma que le hace recordar con nostalgia aquel tiempo en el que la relación entre el fútbol y el aficionado era más real, más cercana, más humana. «Del binomio fútbol-hincha, hemos pasado al fútbol-empresa que ha sobrepasado al deporte entero. Ya no es un entretenimiento, sino su primera industria», sentenció Segurola.
Y esa industria ha convertido la información deportiva en puro espectáculo donde cuanto más se grite y más ruido haya, mejor. Pero más allá de eso, nada. «Detrás del ruido hay aburrimiento, y pereza para no hacer las cosas bien», afirmó.

Esta falta de profesionalidad ha hecho que los medios se conviertan en depositarios de los intereses de los grandes clubes con los que hay que llevarse bien porque «pueden meter mucha presión». Y vaticinó que esta deshumanización del fútbol irá a más, porque el control de la información es cada vez mayor. «Hay más acceso, pero menos información real, muchas noticias se basan en rumores. Todo es más banal», aseveró el periodista.

Además, Segurola arremetió contra los periodistas anclados en el pasado. Ahora, con las nuevas tecnologías, periodista y lector han igualado su estatus; según Segurola, el lector se informa más por lo que se ha vuelto mucho más crítico. «Es el público más difícil: te mira más, te puede desmentir; venderle malos productos y sensacionalismo es tratarlo de tonto», se quejó. Por eso, Segurola exigió una mayor profesionalidad y calidad al hablar de un deporte tan «democrático» como el fútbol.

martes, 12 de abril de 2011

"¿Que si el tenis me ha ayudado? Me ha salvado la vida


Rubén tenía 18 años cuando comenzó el partido más duro de su vida: contra el cáncer

Rubén Merchán tenía un sueño en la cabeza: ser campeón de Roland Garros. Un objetivo al que aspira todo tenista cuando descubre que el tenis es su filosofía de vida. Pero en su parte del cuadro le tocó un rival duro y tenaz llamado cáncer. Una enfermedad que le pilló desprevenido, como un revés a contrapié.

El primer set del partido del éxito fue relativamente sencillo. Rubén, que ahora tiene casi 28 años, siempre fue un deportista nato: fútbol, baloncesto, esquí. Su padre, jugador de tenis amateur –«y bastante bueno»- le inculcó el deporte de la raqueta. Se apuntó para entrenar una tarde a la semana en las pistas de tenis de su nuevo colegio en Almería, donde se trasladó desde Jaén cuando tenía nueve años. Enseguida Rubén se descubrió a sí mismo disfrutando de pasar horas y horas golpeando la pelota en un frontón. Encontró el placer en golpear la pelota delante, a la altura de la cintura, con el codo levemente flexionado, con la dirección puesta hacia una de las esquinas, inalcanzable, y con la pelota en la mirada; y descubrió la adrenalina de ir ganando partidos, mejorando los golpes, viajando de campeonato en campeonato y creyendo que se podía ese sueño en la tierra batida de París.

Pronto los torneos regionales se quedaron pequeños para este muchacho que, con doce años ya participó en su primer campeonato nacional. Perdió en cuartos de final contra quien sería uno de sus contrincantes habituales: el actual número veintisiete del mundo, Guillermo García-López. «Luego jugaríamos más veces, con victorias para ambos», recuerda Rubén para ABC.

Con catorce años jugaría su primera final en el Campeonato de España y allí sería batido por Carlos Cuadrado, su «hermano». Juntos recorrieron una buena parte de su carrera tenística durante la adolescencia y continuarían después compartiendo victorias y derrotas.
En su raqueta ya se habían tensado las cuerdas del éxito y la Federación Española de Tenis lo vio. Apostó por él y le dio billete para que disfrutara en campeonatos internacionales con la selección y de forma individual. Rubén guarda un buen recuerdo de aquella época, en la que viajaba por todo el mundo con catorce y quince años: «Estambul, Tokio, Italia, parecíamos estrellas. Sin duda, la etapa más bonita de mi vida».

Rubén intenta saltar a la pista siempre que su cuerpo y su cabeza se lo permiten

El punto de no retorno llegó con la beca para el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés. «Decidí por completo que esto era lo mío; dejé a mi familia en Almería y me vine a Barcelona. Sentí, con total seguridad, quee podía llegar muy alto». Allí se reencontraría con Carlos Cuadrado y compartiría jornadas draconianas, mucha pasta, risas, esfuerzo, sudores y sueños con Tommy Robredo, Feliciano López, Fernando Verdasco y María José Martínez, entre otros. Y Carlos Moyá, Álex Corretja, Félix Mantilla y Albert Costa ya no estaban en los pósters que decoraban su habitación de tenista soñador, sino delante de él en una pista de entrenamiento.

El rival lanza su ataque
Fueron dos años muy duros en los que los contratos con las marcas deportivas que apostaban por él se mezclaron con algunas decepciones. Pero no fue nada comparado con lo que llegaría con la mayoría de edad.
Con dieciocho años y ocupando el número 800 del mundo, el rival más duro de su vida trató de ganarle el partido y arrebatarle los sueños de campeón. La pesadilla tenía forma de cáncer: Linfoma de Hodgkin, un ganglio linfático infectado que ataca al sistema inmune y a la sangre. Pero solo los tenistas que de verdad llevan el tenis en su piel reaccionan a la situación como Rubén. «Me dieron la noticia y jamás olvidaré que lo que le dije al médico fue: "Pero podré seguir jugando a tenis, ¿no?"».
No tenía ni idea de lo que tenía, pero se contestó él mismo a la pregunta saliendo a entrenar de vez en cuando, en los momentos en los que la quimioterapia y la radioterapia que sufrió durante ocho meses le permitían levantarse de la silla. Fue un set muy duro, pero en los entrenamientos había fortalecido su juego de ataque y junto a un potente servicio, Rubén consiguió llevarse la primera manga contra el cáncer.

Las zapatillas volvieron a resbalar sobre la tierra batida y las cuerdas se tensaron de nuevo. Volvió al circuito con diecinueve años, curado y recuperado. Las técnicas de superación aprendidas le hicieron auparse al puesto 500 de la ATP. «La vuelta fue muy especial, porque jugué mi primera final contra Carlos. Aunque me arrolló; él venía de ganar Roland Garros Junior y ya estaba el 280 del mundo».

Parecía que el segundo set iba a ser más fácil, pero a los 21 años y en su mejor momento tenístico, la pelota llego plana, rápida y abriendo ángulo, imposible de devolver: una revisión detectó otro ganglio afectado. «En aquel momento sufrí numerosos ataques de pánico, no me veía con fuerzas para volver a pasar por todo aquello. Pedí ayuda psicológica en el Hospital Clínico de Barcelona, donde no me han dejado ni un momento de mi vida».
Los tratamientos, quimioterapias y un autotrasplante jugaron duro. «Aquello fue indescriptible, pero salí, y muy fuerte. Sin embargo, y aunque seguí jugando torneos en Alemania, Italia y España, decidí dejar la alta competición y comencé a trabajar como entrenador».

Búsqueda a vida o muerte
El partido de Rubén era de Grand Slam, por lo que debía jugar al mejor de cinco sets. La alarma de una recaída saltó de nuevo. Otra vez la angustia, las pruebas, los médicos, los ingresos…
Una de las técnicas más difíciles de aprender en el tenis es la fortaleza mental, y sin ella estás perdido si el rival consigue devolver tus golpes una y otra vez, y ninguna de tus estrategias funciona. Pero Rubén tenía mucho tenis en sus piernas y en su raqueta. Se tomó la noticia con calma. «Pensé que ya sería cuestión de tiempo que me llegara el final, así que me dediqué a despedirme de los míos poco a poco».

A pesar de la tortura médica, Rubén nunca pierde la sonrisa ni las ganas de vivir

El cáncer tenía un match ball a su favor, solo un donante de médula compatible podía hacer que Rubén devolviera el golpe. Durante días, la pelota quedó haciendo equilibrios en la cinta. Encontrar a alguien compatible era la única solución. Era tan remota que ni siquiera se tomó demasiado en cuenta en su entorno, pero se consiguió. «Una aguja en un pajar; es de risa, una posibilidad entre no sé cuántos millones», sonríe aún alucinado. Desde Alemania le llegó el aliento -y la médula- que necesitaba para que la pelota pasara al otro lado de la red. El tie break volvió a caer de su lado.

El partido tocaba a su fin, aunque con un par de recaídas por problemas de rechazo. Pero Rubén no es un jugador de tenis, es un tenista: un guerrero con raqueta. «¿Que si el tenis me ha ayudado? Creo que me ha salvado la vida: la disciplina, el carácter competitivo, la condición física y mental; y claro, el apoyo desde la grada, mi familia, mis amigos, el mundo del tenis».

Su perro, su guitarra y su grupo de música son ahora sus otras pasiones. Pero no ha dejado el tenis ni por un momento: «Empuño la raqueta cuando puedo y me apetece, y aunque con esfuerzo, todavía logro buenos golpes». Y, como entrenador, transmite toda esa energía, todo ese positivismo y ese amor por el tenis a los muchachos de su Club de Barcelona. Mantiene contacto con Ferrer, Corretja o García-López, y cuando ve a algunos de ellos en la tele no deja de pensar en que él lo intentó todo, pero no tuvo la opción de estar ahí. «Me da mucha rabia, pero soy muy consciente de la grandísima suerte que he tenido y espero seguir teniendo. Con tanta gente que me ha dado su apoyo y me ha enseñado el significado de todo esto que es la vida».

Por ahora tiene juego, set y partido en su particular Grand Slam.

miércoles, 6 de abril de 2011

Rogelio Alonso: "El terrorismo es sexy para los medios de comunicación"

El catedrático y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos, Rogelio Alonso, no hubiera llevado a portada el último comunicado que dio ETA para informar de que cesaba en sus acciones armadas ofensivas. «Darle tanta importancia a esa comunicación es tragarnos la narrativa de la banda». Así criticó la cobertura ofrecida por los medios españoles.

A pesar de que sí defiende el análisis y la crítica, en su visita a ABC, dejó claro que ofrecer la portada era una plataforma de lanzamiento y un altavoz para la justificación de la banda terrorista. «Se hizo una noticia de una no noticia, y con la excusa de querer dar un enfoque diferente, les seguimos dando una relevancia innecesaria», continuó el catedrático. Puso de ejemplo el error que también cometiera la cadena británica BBC al hacer a ETA protagonista del día. «Se convirtieron en portavoces de la banda y, a pesar de considerarse neutrales, disfrazaron el parón técnico por problemas económicos y políticos en un alto el fuego que les hizo parecer buenos».

Alonso cree firmemente en que los medios tienen una responsabilidad para con la sociedad que se multiplica en los asuntos sobre terrorismo. Por ello, el periodista ha de ser crítico y argumentativo a la hora de ponderar una información y ponerla en el lugar que corresponde: «No puedes banalizar ni descontextualizar el tema, sino ser crítico y analizar las fuentes de donde viene la información». Por tanto, según Alonso, la entrevista que se realizó a Arnaldo Otegi en un programa de humor carece de la rigurosidad informativa que merece y debe predominar con estos temas tan delicados. «Desgraciadamente el terrorismo es sexy para los medios de comunicación», apuntó Alonso. Y lo más grave es que parece existir una fascinación por los verdugos, a los que se escucha con más atención que a las víctimas.

La justificación de que «hay que entender» los motivos de quien dispara le da miedo al catedrático porque se trata de una coacción hacia la opinión pública, «se acaba con el estado social y se le da una voz a un violador de derechos humanos a golpe de pistola». Mientras, según Alonso, la cobertura que se ofrece con las víctimas suele estar mediatizada por el dolor y la búsqueda del sensacionalismo, «respetar el duelo es un trabajo periodístico responsable, y darles un nombre a las víctimas para que se les devuelva la identidad que se les roba cuando les disparan». La peligrosidad de ser plataforma de lanzamiento también se realiza desde el lado de los poderes públicos.

La manipulación puede ir desde dos puntos de acceso, tanto para la banda terrorista, como para los propios poderes públicos. El 11-M y los intentos de favorecer la negociación con la banda terrorista ETA por parte del gobierno de Zapatero son solo ejemplos de cómo los medios siguen la estela de lo que parece relevante y, en muchas ocasiones, se convierten en instrumentos de canalización, olvidando la profesionalidad de contrastar las fuentes y analizar a fondo la información que se recibe. «No hay que seleccionar las noticias, pero si tienes en tu mano cierta información, debes investigar qué intereses puede haber detrás», argumentó Alonso.

Internet parece haber fomentado ese sensacionalismo y esa búsqueda incesante de la noticia de última hora al priorizar la rapidez y lo inmediato frente a la veracidad y al análisis. «La Red está propiciando la simplificación: hay que dar satisfacción a una demanda cada vez más constante».

martes, 5 de abril de 2011

Récord de participación en la XI Media Maratón


El keniata Enock Kipchirchir y la etíope Frehiwat Goshu, ganadores en sus categorías
Veintiún kilómetros y novecientos metros es la distancia que han recorrido los más de catorce mil participantes de la XI Edición de la Media Maratón de Madrid disputada hoy por las calles de la capital y con salida y meta en El Retiro.
Apenas salió el sol durante la carrera, pero la temperatura acompañó durante toda la mañana y la lluvia respetó los estiramientos, la adrenalina, las ganas de empezar, los nervios y, después, las gotas de sudor por la frente, la sonrisa cansada de orgullo personal y el cansancio acumulado en los gemelos y en las rodillas.
Empezó pronto la aventura. A las ocho de la mañana el conocido como Paseo de Coches del Retiro estaba inundado por atletas que ultimaban los últimos bocados, los últimos ejercicios preparatorios y las últimas ganas de ir al baño. Con los dorsales y los chips de identificación de tiempos, los corredores se dirigieron a la salida, en la que se guardó un minuto de silencio por la muerte de un participante que murió en la edición del año anterior.
Y a las nueve y media en punto, la pistola soltó los nervios y las piernas de las catorce mil personas que disputaron la carrera. Tanta ha sido la participación en este año que la salida duró trece minutos. Las camisetas de los corredores formaron una ola de color que atravesó las principales arterias de la capital, que cambió, por un día, los coches por las piernas y los humos por las respiraciones rápidas de atletas llegados de todo el mundo. Las calles de Príncipe de Vergara, Diego de León, Almagro, Santa Engracia, Cuatro Caminos, Bravo Murillo, Plaza de Castilla, Menéndez Pelayo, Paseo Reina Cristina, Alfonso XII y Serrano fueron los decorados de la Media Maratón Madrileña que ya se ha convertido en una tradición que ha ido ganando más y más adeptos desde que en 2001 se celebrara por vez primera.
Ganadores y vencidosAquel primero de abril de 2001, de los siete mil participantes, el más veloz consiguió alcanzar la meta en un tiempo de una hora, tres minutos y veintidós segundos. Once ediciones más tarde, el keniata Enock Kipchirchir ha sido el más rápido al entrar en la meta en una hora, dos minutos y cuarenta y dos segundos. A pesar de la buena marca, no ha conseguido batir el record logrado en 2006, con once segundos menos. En categoría femenina, ganó la etíope Frehiwat Goshu con una marca de una hora, trece minutos y veinticinco segundos. Entre los españoles, el primero fue el extremeño Pablo Villalobos, campeón de España de maratón; y la primera fémina, María Ruiz Castellanos, ganadora también en 2002.
A partir de ahí, el resto de deportistas fueron llegando a la meta a disfrutar de un merecido descanso, un orgulloso abrazo de amigos y familiares y una sonrisa de satisfacción personal que durará hasta que se baje el tiempo en la próxima carrera.
El Samur ha tenido que intervenir en varias ocasiones para socorrer a atletas que no han aguantado el esfuerzo. La mayoría de asistencias han sido por fatigas y lesiones musculares, pero, un hombre de 47 años que se desmayó al llegar a la meta y ha tenido que ser ingresado por una arritmia grave.

martes, 15 de marzo de 2011

Ramón Lobo en #congresodigital en Huesca

Gran persona y mejor periodista -o al revés-, Ramón Lobo se tomó unos minutos para contestar a nuestras preguntas acerca del Congreso de Periodismo Digital de Huesca, de su trabajo como reportero y de la vida en general.
Entrevista realizada junto a mis compañeros Abraham Coco y Jaime García.

lunes, 14 de marzo de 2011

Lejos, pero no tanto: las revueltas árabes en Retiro


Desde enero, el mundo árabe es algo más que desiertos, kebab y Lavapiés. Nabil, Yassin, Ali y Leila estudian, trabajan y están integrados en nuestra sociedad, tanto como en aquella que ahora se revuelve en Libia, Egipto o Túnez contra la tiranía de sus dictadores. No pueden asistir físicamente a las manifestaciones, pero las sufren desde aquí a través de las redes sociales.
Empieza el fin de semana en casa de Nabil. Ha invitado a cenar a unos amigos. Tiene un ojo puesto en el horno para que las pizzas no se quemen, y otro en el portátil que hay encima de una silla del que no paran de sucederse imágenes de refugiados libios, manifestaciones y vídeos de Gadafi. Cada treinta segundos salta un nuevo tuit y un nuevo mensaje en su Facebook. Todos relacionados con las revueltas en los países del norte de África. Todos enviados por amigos suyos que, como él, están en mitad de la veintena. Todos viendo, entre esperanzados y cautelosos, que los árabes, por fin, han empezado a gritar y a sacudirse las dictaduras de encima.
Nabil siempre ha llevado una vida a la europea, había estado muchas veces en España, pero decidió venir a estudiar aquí en 2004. Ahora las noticias de las manifestaciones le hacen tener el corazón y la cabeza divididos: aquí está su presente, pero allí está su pasado, su familia y quizá su futuro. No puede dejar de maldecir a cada momento las matanzas que Gadafi está cometiendo sobre su propio pueblo. Es muy crítico con la situación, y mientras saca las pizzas del horno no puede callarse: «Al final no van a solucionar nada. En Egipto aún, pero el resto de revueltas no van a servir para nada más que matar gente».
Dice seguro que el pueblo marroquí no tiene la fuerza suficiente para hacer lo mismo y por eso está tranquilo por sus padres, que viven allí: «Ya intentaron hacerlo y solo robaron lo que quisieron. Utilizaron la excusa de las revueltas en apoyo a Libia para saquear la ciudad. Un caos». Además, asegura que fue apoyada y bendecida por el gobierno. «De otra forma no se hubiera podido desarrollar. Duró un par de horas, hasta que llegó el ejército y se acabó. Eso sí, se paralizaron las ciudades, pero nada más». Ya con la comida en la mesa habla más tranquilo: «En Marruecos te inculcan una filosofía desde que eres pequeño: estudia, trabaja, gana dinero, come y vive. Habla de lo que quieras, menos de política. Ese es el ideal de vida». y eso le molesta. Más desde que vive en España y ha notado los cambios entre allí y aquí. A pesar de «consumir» vida europea, la libertad que disfruta en España a la hora de vestir, de expresarse y de horarios nada tienen que ver con su país de nacimiento».
Lo que más le fastidia es que haya gente diciendo que «quieren mucho a Hassan II cuando es mentira. Ahora se puede hablar de los ministros, pero no de la cúpula que es la que maneja el poder. Y además, internet está pinchado». Desde esa cúpula solo llegan palabras huecas, pero no un cambio real. Además, «Marruecos no puede mancharse porque Argelia puede reactivar el conflicto de la independencia del Sahara. Le interesa que las cosas sigan como están, permietiendo ciertas manifestaciones, pero sin meterse mucho». Su Twitter sigue sonando cada poco tiempo, pero se relaja un poco. La pizza se enfría y el sábado no ha hecho más que empezar.
Un pie aquí, otro allíSegún fuentes del Ayuntamiento, apenas un 0’6% de los comercios de Retiro son regentados por población árabe y son unos treinta y cinco mil los empadronados -Marruecos es la mayor comunidad con 28.000 ciudadanos- con un gran porcentaje de jóvenes entre los 25 y los 40 años.
En la frutería que acaba de abrir, Yassin despacha a los clientes con mucha amabilidad. Tiene buena fama entre sus vecinos, lleva diez años por el barrio, aunque en diferentes negocios. Es marroquí, y a pesar de llevar tanto tiempo en nuestro país, «la sangre es la sangre». Además, tiene familia en Marruecos y amigos en Libia. Dice que no se preocupa demasiado, pero sí está atento por lo que pudiera pasar. Así lo demuestra con el ordenador que esconde junto a la caja. En la pantalla: el canal de televisión de Al Yazeera. Parece -pero solo lo parece- que es de esos de los que se queja Nabil, al asegurar que en Marruecos no llegará la ola de protestas: «Hassan es bueno y ha hecho reformas para mejorar la vida de los habitantes». Sonríe cuando se le pregunta por qué no se vuelve si las cosas están bien. «Eso es pregunta tramposa». Y quiere saber si los españoles se preocupan por el norte de África. Eso también es pregunta tramposa.
Amina es tunecina y lleva en España dos años. Trabaja como profesora de inglés y está conectada a Twitter y a Facebook todo el día. Con sus 23 años cree que Gadafi debe desaparecer, y pronto. Mientras se toma un té en una cafetería se alegra de leer en un tuit que las tiendas de comestibles de la frontera de su país con Libia están llenas de comida que han donado los tunecinos. «Ese es mi país», asiente orgullosa. La idea de que Estados Unidos se meta no la convence. «Los libios saben mejor lo que necesitan y cómo poder gobernar sus propios recursos; no necesitan que llegue “el salvador USA” para enseñarles nada», comenta entre enfadada e irónica. Ahora en su país están recibiendo a los refugiados, pero el gobierno libio no está poniendo las cosas fáciles. «Una vez que Gadafi les permita salir, les aceptaremos sin problemas. Ya estamos preparando hospitales y ya recibimos refugiados de Egipto, Bengal, Nigeria o China». Vive bien en España, pero le hubiera encantado participar en todas las protestas «ahora que se está escribiendo una nueva etapa árabe».
Entusiasmados por el futuroEl mes de enero pasará a la historia como un punto y aparte de as revoluciones árabes que se produjeron en los años 20 y después en los 60. Y el entusiasmo es evidente en la población árabe más joven dek barrio. Nagla es de Egipto y reconoce que nose había interesado por la política hasta la revuelta en Túnez. Igual que Nabil, tenía muy asumido que de política no podía hablar, así que las revoluciones suponen un cambio radical para la cultura árabe. «Ni siquiera el presidente se lo esperaba, por eso se marchó tan rápido», se ríe, «luego en Facebook hacíamos apuestas de qué país sería el siguiente. Egipto era el que más peso político tenía y no nos equivocamos». Se siente orgullosa de ser árabe, ahora más que nunca, y aunque no puede ser partícipe, está en contacto con su familia, que vive a dos calles de la plaza Tahrir. «Es la primera vez que tenemos un ex presidente y la sensación de que el pueblo ha tenid el valor y el poder para lograr ese hito es increíble». Habla de pequeñas revoluciones previas, pero subraya la importancia de que haya sido el pueblo el que tomara la iniciativa sin ningún partido político detrás. «La gente estaba hasta las narices y espero que esto continúe. Es nuestro momento, nos toca ganar.», concluye antes de irse a trabajar.
Tampoco Abdurraman sabe de política. Tiene diecisiete años y trabaja en una frutería. Apenas habla castellano, pero le encanta intentarlo. Así que conforme pasan los minutos se va calentando y sus opiniones –mitad en inglés, mitad en castellano- cada vez son más seguras y confiadas. Salió de Egipto hace mucho y siente lo que está pasando en su país. Cree que va a morir mucha gente y eso no le gusta. Tiene amigos de Libia, de Argelia, de Egipto y «son buena gente, los malos son los de arriba». No quiere a Gadafi, a quien parece odiar con ganas por su lenguaje no verbal, pero menos aún quiere que llegue Estados Unidos. «USA mala, ¿por qué no se mete en otros países? Solo están ahí por negocios y petróleo, pero no sabe cómo es ese país ni cómo son sus gentes. Estados Unidos fuera, a su casa. La gente necesita ser libre y decidir ella sola, no necesita a nadie más», concluye enfadado.
Esta misma idea mantiene Ali, iraní de 43 años que sabe muy bien de lo que habla. Estuvo dos años en la guerra de Irak y no confía nada en los Estados Unidos. «Parece que van a ayudar y solo se llevan los recursos. En Libia o Egipto te matan si robas, porque hay mucha hambre y poco dinero: en cambio, los jefes como Gadafi o Ben Alí tienen muchísimo dinero en bancos de Suiza y otros lugares», afirma rotundo. Reticente a hablar al principio, después no puede parar: «Al final matarán a Gadafi, pero deberían hacerlo pronto para que dejara de matar gente inocente». Niega rotundamente que estas revueltas se produzcan en un país como el suyo. «Hay unos veinte millones de policías en una población de setenta. La población no tiene tanta fuerza, el gobierno es muy poderoso y ha hecho reformas para contentar a su pueblo».
Lo mismo piensa Leila sobre su país, Argelia. «Se han producido muchas refoprmas que han hecho más popular al Presidente, aunque sí nos gustaría que cambiaran los ministros». Vino hace diez años para estudiar y aquí se quedó. Habla todos los días con su familia y están bien. Lee todos los periódicos árabes a través de internet porque quiere estar al tanto y valora por encima de todo disfrutar de la situación actual que atraviesa su país. «Miedo siempre hay, y estamos pendientes de lo que ocurra, pero nosotros ya hicimos nuestra guerra. Ahora les toca a otros». «Me gusta mucho que estén pasando estas cosas -asegura- significa que la población está reivindicando sus derechos, como hace mucho tiempo que debería haber pasado».
El entusiasmo también ha llegado a las agencias de viaje, que han vuelto a recuperar las ventas y los destinos de Egipto y Turquía que perdieron al iniciarse las revueltas.
IndiferenciaQuizá sean los años, las experiencias, el haber caído aquí por casualidad o los kilómetros, pero en el barrio no todas las opiniones son tan entusiastas. A otro sector árabe de Retiro les inquieta mucho menos lo que ocurra en Egipto, Túnez o Libia. Para ellos, el norte de África ya queda muy lejos.
Muhamd y Basi llevan cinco años en España. Cayeron aquí como podían estar en cualquier otro lugar del mundo. Y no descartan esa posibilidad. Uno es ingeniero; el otro, chef, pero ambos trabajan como camareros en el Restaurante Árabe de Doctor Esquerdo. Su ciudad natal en Marruecos les queda muy lejos en tiempo y en espacio. Tienen toda su familia aquí, tramitando la nacionalidad española, así que las revueltas las escuchan en la televisión, pero no les afectan. «Tengo que alimentar a mis hermanos pequeños que están ahora en el colegio y la crisis es muy mala para todos», comenta Basi, «la luz está muy cara, todo está muy caro y tengo que llegar a fin de mes, eso es lo que me preocupa». Muhamd asiente y añade: «España no es buen país ahora para ganar dinero, igual nos vamos a Francia».
Son las dos de la tarde, hora perfecta para comer en uno de los pocos kebabs del barrio. En uno de ellos, la televisión inunda el local sin clientes con las últimas noticias sobre Gadafi. Apoyados en la barra, absortos, solo están los camareros: Abdull y Mike, marroquí y tunecino, entrados en la cincuentena. ¿Están siguiendo con tanto interés las revueltas en el norte de África? No, contestan, están aprendiendo castellano.


domingo, 13 de marzo de 2011

¿Qué es Google?

Hace unos días me preguntaron qué era Google. Y la verdad, no estaba muy segura de entender siquiera qué significan esas 6 letras a las que ya estoy tan acostumbrada que no podría vivir sin ellas. Así que me di cuenta de que yo todavía soy de la era pregoogle, y lo descubrí.

Google es una tarde entera en la biblioteca pública buscando el mapa menos desfasado para que el trabajo de Geografía se ajustara, más o menos, a la realidad. Aunque esa desactualización te diera ciertas alegrías momentáneas, como cuando leías en una Enciclopedia de Fútbol que lo más reciente que hizo el Zaragoza fue ganar la Recopa del 95, cuando ya andabas sufriendo porque bajábamos a segunda. Es seleccionar enciclopedias en las estanterías de Naturaleza, Literatura o Arte dependiendo de la asignatura. Son muchas horas copiando lo más interesantes de los artículos -el copy/paste no lo inventó Google-; eligiendo las fotos adecuadas aunque sin poder elegir ni grandes ni medianas ni pequeñas, sino las que había y fotocopiándolas en la sala de reprografía, a cinco pesetas la unidad en blanco y negro y diez en color.

Es preguntarle una duda a tu padre y enterarte, años después, que se pasó parte de la noche preguntando a sus amigos para que la respuesta estuviera en tu almohada por la mañana. Los padres nunca defraudan a sus hijos. Y también es aprender a buscar en la Larousse que decora todas las casas, con sus tomos de actualizaciones incluidos. Es conocer los restaurantes por haber pasado por la puerta y preguntarte cómo sería la comida de allí. Y atreverte a entrar porque recuerdas que en el ascensor alguien habló de ese sitio.

Google es memoria, pero una que se está desvaneciendo por falta de uso. O que, simplemente, está mutando. El día que la pierda del todo la googlearé, seguro que la encuentro.


viernes, 11 de marzo de 2011

Y esto es todo, amigos

Doce años ya.
Huesca sigue tan pausada como siempre, pero se ha vuelto a convertir en geek, gurú y 2.0.

Después de 10 eventos entre mesas redondas, conferencias y tertulias, trato de hacer un balance positivo porque hoy ha salido el sol, estoy rodeada de amigos, somos los nuevos periodistas y lo estamos pasando bien.

Pero, y aquí viene el pero, me quedo con casi la misma sensación de la que salí de Burgos. (sin alcohol). Los congresos sirven para hacer contactos, pensar un poquito -poquito- en lo que se supone que viene o que traeremos, pero que nos vendrá queramos o no, nosotros decididiremos en qué puesto nos quedamos. Poco más.

Muchos soportes y muchos adjetivos que adornan estos días a la palabra PERIODISMO (así, con mayúsculas), pero que solo es dar vueltas y vueltas a unos términos abstractos y ajenos a lo que desde siempre es y será el periodismo: buscar, preguntar, cuestionar, filosofar, criticar, sentir, vivir, ayudar y poner todo eso en un papel, en una tableta o en las nubes, si lo logramos inventar. Que todo llegará.

Todos parecemos mejores periodistas después de tantas ideas y tantas buenas voluntades. Pero creo que eso solo se puede conseguir con un boli en la mano o con un ordenador bajo los dedos. Es decir, utilizar los cinco, seis o diez sentidos para captar el mundo desde nuestro punto de vista -que siempre será único y nuestro valor añadido- y mostrarlo de forma emocionante, atractiva y que haga pensar y/o entretener a quien quiera leerlo.

Por más vueltas que demos... esto es todo, amigos.

jueves, 10 de marzo de 2011

Huesca 2

En la segunda jornada del XII Congreso de Periodismo Digital de Huesca hablamos de iPad y la diferencia entre el periódico de papel y esta nueva herramienta multimedia.
Una primera y buena diferencia: el iPad no sirve para matar moscas con tanta eficacia como lo hace el periódico en papel.

Pero ¿qué ponemos en iPad? La tableta solo es una herramienta, ¿de qué se nutre?
Como decían ayer, hay que informar, pero también es importante entretener. De las 10.000 millones de descargas que ha alcanzado Apple, las aplicaciones mayoritarias son de juegos, nada sobre medios de comunicación.

Pero qué duda cabe, solos los humanos -y si son pequeños, mejor- somos capaces de empatizar de una forma real. La presentación -publicidad, pero buena- no ha levantado los aplausos del público, pero sí el vídeo de una niña intentando explicar qué es iMAG. Los niños se reirán, sin duda, de lo que estamos hablando en este Congreso.

¿Qué tendrán ellos para informarse en 20 años?
No lo sé, pero nosotros ya tenemos mucho y lo utilizamos así:
- Una serpiente muere de una intoxicación por silicona tras morder el pecho de una modelo.
- Un mapache le muerde el pene a un hombre que intentaba violarlo.
- Una estudiante permite que la penetren con un consolador delante de sus compañeros.
Las tres noticias más leídas de una página de un medio de comunicación.

¿Seguro que el iPad salvará los medios de comunicación? Sigo pensando que nos estamos quedando en lo superfluo y que estamos olvidando lo realmente importante. Que cada uno crea qué es lo importante.

Miguel Jiménez: “No sabemos si hemos entendido bien la crisis”

Para bajar la comida, Manel Pérez, de La Vanguardia, y Miguel Jiménez, de El País, se sentaron para dialogar sobre la crisis. O más bien, de cómo los medios de comunicación han abordado un tema tan cercano en el día a día como peliagudo para explicar de una forma entendible y amena al ciudadano.

En ese sentido, Jiménez comentó que “se ha tratado de explicar lo mejor que se ha podido, pero no sabemos si la hemos entendido. Pero creo que, sobre todo, hemos sido honestos”. Apuntó Pérez que quizá la prensa llegó tarde y que la la línea que se siguió fue la de explicar de una forma histérica: La velocidad de los mercados fue un gran aliado para que los medios expusieran datos y conceptos rápidamente, sin tiempo de reflexión y quizá “faltó un componente didáctico que evitó que llegara de forma clara a los lectores”, admitió Jiménez.

En cualquier caso, ninguno de los dos cree que la rapidez de internet sea incompatible con el análisis, especialmente, en el ámbito económico. “La rapidez no está reñida con la calidad”, comentó Pérez. “Quizá de lo que adolece es de ofrecer una información completa, pero no es menos precisa que la elaborada con posterioridad”, apuntilló Jiménez.

Solo en un asunto las opiniones de los dos ponentes fueron casi opuestas. Con respecto a la convergencia entre papel y red. La Vanguardia aboga todavía por cuidar el material físico y cuida tanto el diseño como la calidad y el formato. "Sigue habiendo un cuidado exquisito por el papel porque sigue siendo la base de los negocios", aseguró Pérez. Además, la redacción de internet es prácticamente independiente de la redacción papel. En contraposición a El País, que tiene una redacción mucho más integrada, "en internet los temas se expanden como la pólvora y da unas potencialidades que el papel no ofrece", confirmó Jiménez.

Poco más se dijo acerca de si “estamos explicando la crisis hasta que llegaron las preguntas del público, que siempre suelen ser más ácidas e incómodas. Un joven echó en falta las historias humanas que siempre son las caras más afectadas por los problemas económicos. Ninguno de los dos ponentes tuvo argumentos para rebatir. Era tiempo para hacer la digestión.

Mesa redonda: "El papel de las redes sociales en la cobertura periodística"

Cuatro preguntas lanzadas al aire

¿Revolución en las redes sociales?


Guillermo Culell (Grupo El Mercurio, Chile): El periodismo tiene que darle una forma coherente al contenido de las redes sociales.
En el caso de Egipto se corta Twitter, es Google quien ayuda a que continúen los mensajes. El precabreo es importante.

Jean-François Fogel (periodista y consultor de medios digitales): es un buen momento para tomar nota de lo que está pasando. Debemos usar esto para potenciar el ejercicio de nuestra profesión. Independientemente de que la revolución sea en Twitter o en la calle, lo importante es que se haga.

¿Es para conocer al otro o es una pared?
Francisco Sierra (Antena 3): Lo que te permite es la interectividad total, pero el problema es que no se escuchen los unos a los otros.

¿Estamos preparados los profesionales etar en contacto directo con el receptor?
Rosalía Lloret (Unidad Editorial): esto ya lo hacíamos, las capacidades de antes eran más limitadas, pero ahora puedes acceder a mucha gente más. Por supuesto que hay que escuchar.
Pueden saber más que tú y sus aportaciones pueden ser muy interesantes.
Culell: Twitter es la medición del rating en tiempo real.
Fogel: No hemos demostrado siquiera los primeros síntomas de la respuesta en tiempo real. Todavía nos faltan las herramientas para hacerlo, sí tenemos la búsqueda y es donde podemos demostrar un gran talento o fracasar.

¿Está la inmediatez reñida con la profundidad?
Rosalía: hay formas de periodismo complementario: no todo es la última hora. El periodismo detallado es tan importante como la inmediatez.
Culell: Por qué tenemos que priorizar la profundidad? Yo la valoro, pero no como la única opción del periodismo.
Sierra: Twitter sirve para diferentes usos, te puedes informar, pero también te puedes entretener. No todo el mundo te va a pedir los mismos niveles de profundidad ni en los mismos soportes.

Como casi siempre, lo mejor, las preguntas del público. Se le ha dado voz, pero poco. El tiempo siempre en contra de las buenas historias.

Huesca 10am

La capital oscense acoge El XII Congreso de Periodismo Digital. Las libretas hace tiempo que dejaron de ser los elementos básicos en cualquier mesa redonda y ahora son los ordenadores los que ocupan las mesas. El tecleo es la banda sonora.

Introducción institucional con entrega de premios incluida, con los siguientes galardonados:
Premio José Manuel Porquet para Mónica G. Prieto: "Los lectores quieren leer, tenemos que volver al modelo de éxito: buscar historias y no quedarnos en lo superficial buscando nuevos formatos".

Premio honorífico para Antonio Angulo, hoy primer día de exdirector de Alto Aragón, se jubila: "Yo no cambié nunca el concepto primero de hacer Periodismo. La palabra digital puede ser engañosa y nos puede encerrarnos en nuevas palabras vacías. El soporte tiene poco valor, hay que adaptarse, pero debe caracterirzarnos el periodismo. Cada vez hay más obstáculos para conseguir la verdad: rigor, veracidad, trabajo, deontología cada vez más arrinconada. Insisto que no hay que perder de vista las cualidades humanas y principios fundamentales. Lo más grande en la vida y en todo es la verdad"

Charla inaugural de Javier Moreno, director de El Pais: "A medio plazo sobrevivirán los mejores periódicos, pero el futuro de todos ellos es la red. Seguirá habiendo demanda durante un tiempo, pero no será rentable para cubrir los costes. Se acabará como consumo masivo.
Los blogs a veces hacen mejor las cosas que los periodistas y tomar la delantera, eso es preocupante. Los periodistas están entre el desdén y la irritación ante la llegada de internet". Cita a Pulitzer para decir que "un periódico puede enviar la misma idea a miles de personas", pero internet puede hacerlo a millones en el mismo momento.

"Cualquier adjetivo al sustantivo periodismo es rebajar la calidad".
"No hay democracia sin prensa libre. La misión del Periodismo es controlar el poder en nombre de los ciudadanos".

Da comienzo el XII Congreso de Periodismo Digital.
Crónica de la primera mesa redonda: próximo post.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Inocencio Arias en el Máster

«No quería la intervención, pero sí creía que Saddam tenía armas»

La diplomacia española en la democracia se puede seguir con la trayectoria de Inocencio Arias, quien asegura que «la transparencia inmediata no es buena para la diplomacia, especialmente si hay en juego negociaciones sin cerrar. Después, sí deberías ser honesto». Y así lo fue en su visita a ABC.

Han pasado ya casi ocho años desde la foto de las Azores, pero la situación actual de la política española con las revueltas árabes nos devuelven a la guerra de Iraq y la conveniencia o no de intervenir en el conflicto de Libia. Y a este respecto, Arias, como embajador de España en la ONU por aquel entonces, defendió la idea del gobierno de Aznar a pesar de la oposición social.


«Fue un momento duro en mi carrera. Tenía que defender lo que el Estado me decía y que estaba respaldado por una votación democrática en el Parlamento; si fuera por la opinión pública, estaría instaurada la pena de muerte», aseguró a ABC. Añadió también que el soporte jurídico estaba de su parte y todos los servicios de inteligencia y los medios de comunicación no desmentían las sospechas sobre las armas de destrucción masiva..

Quitada la pajarita diplomática, Arias confesó que «personalmente no quería la intervención, pero sí creía que Saddam tenía armas. Si la idea me hubiera repugnado moralmente, habría dimitido». Así que la decisión de entrar en la guerra estuvo muy influenciada por la información que llegaba de Norteamerica. Y tuvo mucho de pagar favores a Estados Unidos -como el de Perejil o que ETA entrara en la «lista negra» de grupos terroristas- y, sobre todo, de ser visibles en el mundo. Algo que Arias critica de este actual gobierno socialista: «Es el que menos prestigio y menos credibilidad desprende de los cinco gobiernos democráticos. Zapatero no se siente cómodo con los temas de exterior porque no los domina. Ya no da más de sí en».

La guerra de Iraq, por tanto, tuvo apoyo jurídico y no fue ilegal ya que nunca se votó en las Naciones Unidas, por miedo a que Rusia la vetara, pero tampoco se aprobó. «Se ve a la ONU como una organización que siempre se queda corta: está muy dividida porque son los subalternos de los Estados que tienen muchos intereses», continuó, pero si en Libia continúan las matanzas, se dará la misma situación que en Iraq y se entrará en la guerra «aun sin el voto de la ONU», concluyó Arias.

jueves, 3 de marzo de 2011

Lo hecho, hecho está

El miércoles, la historia ya no tan reciente de España celebra un nuevo cumpleaños. Y volvemos a leer y a escuchar, en todos los medios, lo que fue, lo que significó, los múltiples futuribles de lo que hubiera pasado, las lágrimas del rey, la importancia del evento, el punto de inflexión…

El 23-F vuelve, como cada año, a mostrarnos lo que pudimos ser y no somos. 30 años del mismo discurso, de las mismas preguntas, de los mismos personajes, de los mismos disparos. Tres décadas del “se sienten, coño” que parece que no han sido suficientes si nos atenemos a la cobertura periodística con la que nos levantamos el domingo.

Lo mejor es cuando se pregunta por qué estaba haciendo usted en ese momento. Todo el mundo recuerda, perfectamente, ver a Tejero empuñar su arma y soltar su frase; todo el mundo, hasta que le recuerdas que no hubo imágenes del interior del hemiciclo hasta el día siguiente en el que España respiró tranquila. O eso dicen y nos llevan repitiendo treinta años.

No podemos estancarnos en el pasado, que así no se avanza, dijeron aquellos que condenaron a Garzón por “remover tumbas y abrir viejas heridas”. Nunca se encontraron las armas de destrucción masiva en Irak, “pero podían haber existido”, aseguran otros.

Si de verdad hay que avanzar y dejar todo eso atrás, qué mejor día que el miércoles. Recordar un día en el que todo pudo pasar, pero nada pasó, es como recordar que hoy podía haber ido al cine, y no fui. Los futuribles solo nos alejan de la realidad y nos enfrentan a los mismos fantasmas que nos llevan persiguiendo demasiado tiempo.

Y ahora, para colmo, la película. Parece que se nos han agotado las ideas para guionizar la guerra civil y la posguerra –que ya era hora- y nos pasamos ahora a los 80. Lástima que todavía no haya pasado el tiempo suficiente para ver ese periodo con la distancia suficiente. Lástima que todavía este suceso tenga treinta años y no haya pasado ya, definitivamente, a una línea en el libro de historia de los nuevos estudiantes.

domingo, 27 de febrero de 2011

Cervantes continúa sin ciudad natal oficial

Diferentes localidades se disputan el lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes

Tan inconcreto como aquel lugar de La Mancha con el que comienza El Quijote se presenta a estas alturas de siglo el lugar de nacimiento de su autor, Miguel de Cervantes. Localidades como Alcalá, con la teoría más extendida, Alcázar de San Juan, Arganda del Rey, Lugo, Oseja de Sajambre o Córdoba, entre otras, se disputan con diferentes argumentaciones el lugar de nacimiento del escritor. Pruebas y desmentidos aparecen en las investigaciones de unos y otros, empezando por Alcalá de Henares.

A pesar de que en la primera biografía de Cervantes, escrita en 1737, se indica que era oriundo de Madrid, las investigaciones que llevó a cabo Blas Nasarre, paleógrafo y bibliotecario real del siglo XVIII, establecieron que fue Alcázar su lugar de nacimiento. No sería hasta 1766 cuando se comenzara a seguir la línea alicaína del escritor siguiendo la pista de un Miguel de Cervantes, caballero de Alcalá, que aparecía en la obra "Topographia e Historia general de Argel" de 1612. El sucesor de Nasarre en la Real Academia de la historia, Agustín Montiano y Luyando, encontró entonces la partida de nacimiento de Alcalá en 1753.

Ambas localidades se disputan las partidas de bautismo, pero en las dos se han encontrado contradicciones y datos erróneos. Los defensores de la alicaína argumentan que la partida partida de bautismo de Alcázar de San Juan, fechada en 1558, es errónea ya que supondría que Cervantes estuvo en la guerra con tan solo doce años. Y que otros de los argumentos que se arguyen para la defensa alcazareña se basan únicamente en los parecidos entre ciertos personajes de la obra y algnos vecinos de la zona.

La incógnita sobre el lugar de nacimiento del "padre" de Don Quijote y Sancho sigue sin esclarecerse

Los de Alcázar contraargumentan a su vez, que en la partida de nacimiento de Alcalá de Henares aparece el apellido de Carbantes o Carabantes, pero no Cervantes y, además, el padre del autor firma como Carvantes. Además, no aparece, en ningún momento, el sobrenombre de Saavedra, por lo que es considerada por algunos estudiosos como una partida de bautismo falsa.

Del norte
Una nueva teoría viene a complicar todavía más la incógnita sobre el lugar de nacimiento de Cerantes. El investigador César Brandariz, en su obra El hombre que hablaba difícil, emplaza la procedencia del escritor en una zona cercana a Galicia y apoya su argumentación en un documento inédito por el que le situaría en un colegio de jesuítas en Orense. Dicho texto, presuntamente firmado por Cervantes, incluiría nombres, usos y habla más cercanas al gallego y al portugués que al castellano más manchego.

En este sentido, usaba términos fonéticos como la "x" en lugar de la "j" y cerraba las palabras en "u", propio de la zona gallega y asturiana. Además, el investigador ha encontrado muchas referencias del Quijote en zonas muy próximas a Benavente; como la iglesia Santa María la Mayor, y otros autores tampoco ha identificado la fauna, la flora o las costumbres descritas en la obra como manchegas, sino más propias de la zona norteña que defiende Brandariz. Cinco siglos después de su nacimiento y Cervantes todavía es un misterio.

Otras teorías
- De Lugo: un estudio de la Real Academia Gallega asocia el linaje de Cervantes en las montañas de León y argumenta, además, que Saavedra es un topónimo típicamente gallego.

- De Arganda del Rey: la localidad madrileña también se une a la guerra por Cervantes y argumenta que la madre, Leonor de Cortinas, nació y murió allí, igual que los abuelos del escritor.

- Andaluz: otras teorías apuntan hacia el sur como lugar de nacimiento, ya que, en el siglo XV el Arzobispo Juan de Cervantes era una figura muy destacada en zonas de Córdoba y Sevilla

- Oseja de Sajambre: por tradición oral y por paisajes, el investigador Eutimio Martino ha dedicado parte de su vida a demostrar que Cervantes tuvo su primera residencia en zona leonesa.

jueves, 24 de febrero de 2011

El gafe se resiste


Había en juego algo más que un partido. Seis años cayendo en la misma piedra son muchos para un Bernabéu que necesita y tiene ganas de conquistar de nuevo Europa. Y Mourinho, más. Pero algo tiene el Gerland para negarle una y otra vez la victoria al equipo blanco.

Con un juego atrancado, sin fluidez y con cierta precipitación, el madrid aguantó el resultado que salió a buscar desde el principio. Mourinho dio por bueno el empate a cero antes incluso del pitido inicial, a pesar de seguir fiel a su línea compensando las figuras atacantes con una equilibrada defensa.

Sin movilidad y con mucha previsibilidad, el primer tramo del encuentro se basó en jugadas solitarias de Ronaldo cruzándose todo el campo para poder llegar a la portería de Lloris. El equipo francés se mantuvo bien posicionado en el campo sin dejar espacios para que Adebayor, debutante con el Madrid en la Champions, y Ronaldo tuvieran ninguna oportunidad. Hasta el minuto veintiocho no se disparó entre los tres palos, por cortesía del Madrid, aunque seguía sin conseguír hilar una jugada de ataque con tres pases seguidos.

Como un calco del partido de hace un año, al Lyon le bastó recoger los regalos de Khedira en el centro del campo para poner contra las cuerdas a la defensa blanca y conseguir las mejores oportunidades que, incomprensiblemente, los delanteros franceses se encargaron de desperdiciar.

Otro partido
Mourinho trató de animar el encuentro dando salida a Benzema, que regresaba a su ex estadio y que dio aire al equipo que comenzó con más oportunidades y más solvencia los primeros ataques de la segunda mitad. Dos palos en dos minutos parecían presagiar lo que llegaría poco después.

En la primera jugada en la que participó el francés, Benzema consiguió el gol paseándose de lado a lado del área pequeña, deleitándose y angustiando al espectador, para encontrar finalmente el hueco exacto por el que batir a Lloris.

No celebró el tanto, pero supuso un respiro para el banquillo y para la grada madridista. A partir de ahí, la apertura de espacios y la frescura de los cambios impulsó el juego blanco y subió la intensidad del encuentro. También ayudó que el Lyon pusiera el freno, y comenzara a cometer más errores debido al cansancio y al tanto recibido, que desbarató sus planes de sorprender a los blancos.

Pero en una jugada desafortunada en una falta, Gomis se encontró con el balón en el pie dentro del área pequeña y, esta vez sí, aprovechó el regalo empujando el balón hasta el fondo de la red.

Gran resultado para la vuelta en el Bernabéu, aunque después de tenerlo tan cerca, el empate sabe un poco a derrota.

Y la historia se repite: el Gerland vuelve a ser ese pequeño reducto infranqueable para los blancos.

miércoles, 9 de febrero de 2011

"Hiroshima": rostros y voces de una tragedia


El seis de agosto de 1945 un resplandor silencioso cambió la vida de una ciudad entera. En un solo segundo, más de cien mil vidas quedaron cortadas y otras tantas quedaron marcadas para siempre. Las consecuencias devastadoras de ese segundo supondría un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial fueron mil veces comentadas por expertos, periodistas y científicos, pero nadie puso voz y rostro a los habitantes de una ciudad que, en un día de verano, supieron lo que el hombre era capaz de hacer contra otro hombre.
Hasta que llegó el artículo de John Hersey.

Después de casi un año de investigaciones, entrevistas y trabajo sobre el terreno, Hersey terminó un texto sobre la bomba atómica y sus consecuencias humanas que también cambiaría el modo de hacer periodismo. Más de 150 páginas formaron parte de una crónica que llenaría todo un número de la revista The New Yorker y que pasaría a convertirse en libro apenas un mes después de su publicación.


Con un estilo periodístico directo y casi como un diario minuto a minuto, Hersey introduce desde la primera palabra al lector en Japón, en Hiroshima, en la vida diaria de esa ciudad, en la piel de quienes allí se disponían a pasar un día más de sus vidas.

Una crónica brutal, pero no por el tono sino porque la historia no necesita más crueldad añadida, en la que se busca -y se encuentra- la reflexión a través de las palabras, los hechos y los actos objetivos que sucedieron en el mismo instante en que una nueva forma de destrucción surgió en la historia de la humanidad.

El autor y periodista refleja sin adjetivos una situación extraordinaria y como un puñal se va clavando en los ojos de los lectores. En un ejercicio máximo de objetividad, Hersey acerca al lector al mundo descarnado de los minutos siguientes a la explosión, de las heridas que no supuran, de los vómitos, de los muertos en las aceras, de la carrera por la supervivencia, de la angustia, del dolor y de cómo se sale de él en una ciudad destruida por algo tan pensado y tan cruel como fue la bomba atómica.

El periodista recrea la situación como si de una película se tratara: el lector observa, a cada palabra, los movimientos de los protagonistas, descubre con ellos la magnitud de la catástrofe y se siente igual de impotente que ellos.

Este estilo periodístico directo, pero lento en su preparación, con el tiempo suficiente para reflexionar sobre las entrevistas -lo que se ha dicho, lo que no se ha dicho, cómo se ha dicho-, parece ya un tipo de periodismo extinto. "Antes se razonaba más; ahora el periódico se ha llenado de florituras, antetítulos y letra grande y cada vez hay menos para leer en los diarios", explicó el periodista gráfico Gervasio Sánchez, en su visita al Máster de ABC. "Para escribir bien se necesita tiempo; solo así se pueden hacer historias con fuerza, con lo que realmente merece la pena escribir", continuó.

Retrato desnudo
Si se busca una explicación de por qué se dejó caer la bomba ese día y sobre ese lugar, el texto de Hersey no es el lugar adecuado para descubrirlo. El artículo no ofrece los motivos, sino que se limita a retratar lo que ha ocurrido, compartiendo lector y protagonistas la misma ignorancia de los motivos. De ese modo, el libro proporciona los datos y la información necesaria para que quien lo lea tome sus propias decisiones.

Como una cámara bien afilada sobre el papel, Hersey describe los fotogramas de un acontecimiento que el lector se ha de encargar de llenar de crítica, emociones, reacciones y, si quiere, de justificación. Un retrato desnudo de la época, de la cultura japonesa, de su idiosincrasia, del sentimiento de vida y del sentimiento de muerte de sus gentes. La invisibilidad del autor es parte de la fuerza que desprende el texto, y también es algo que no se lleva en el periodismo actual. Como critica Gervasio Sánchez "los periodistas suelen hablar más de sí mismos que de lo que realmente pasa delante de sus narices".

En "Hiroshima", por el contrario, Hersey muestra las consecuencias desgarradoras de una bomba -cuyo irónico nombre es "Little boy"- caída del cielo, pero sin tratar de maquillarlo y hacerlo más digerible para el acomodado lector. Sin añadir ni quitar color, pero tampoco ni un ápice de humanidad.

Tragedias humanas
Muchas son las catástrofes naturales o artificiales
que sacuden los imaginarios colectivos de la sociedad cada cierto tiempo. Sin ir más lejos, hoy hace un año del terremoto que asoló Haití. Pero, en los últimos años, las tragedias humanas pasan tan deprisa por los medios de comunicación que no da tiempo a realizar un seguimiento de cómo se recuperan las víctimas. Debajo de las Torres Gemelas de Nueva York o en los trenes del 11-M o bajo los escombros que produjo el terremoto de Puerto Príncipe había personas y los medios actuales basan sus crónicas en el momento de la tragedia, olvidándose en cuanto aparece la tragedia siguiente.

A pesar de que la mayor parte de la gente recuerda exactamente dónde estaba cuando suceden acontecimientos así, pocas veces se siguen investigando las consecuencias. Las crónicas in situ suelen ser iguales en todos los medios, sin contar en profundidad lo que ocurre, cómo ocurre o a quién le ocurre. Quizá ya el lector está demasiado acostumbrado.

En 1945 Hersey construyó un texto que, desde su invisibilidad como autor, refleja y describe la crueldad dando voz y nombre a las doscientas mil víctimas de Hiroshima. Quizá todavía se esté a tiempo de volver a ese periodismo más real, más cercano y que traslada directamente al lugar y al momento sin olvidar los días, los meses o los años siguientes. Quizá se volviera a sentir el dolor ajeno y a no cambiar de canal ante el sufrimiento.


miércoles, 26 de enero de 2011

"Con Orsai quería cumplir ciertos sueños privados"


La revista de Hernan Casciari se ha financiado solo con la venta de los ejemplares

Hernán Casciari tenía un sueño: leer, en una sola publicación, todo lo que a él y a su compañero y amigo Chiri Basilis les interesara encontrar en una revista. De esto hace ya treinta años, pero las circunstancias económicos e incluso sociales, nunca habían sido propicias para un producto así. Hasta 2011.

Con un proyecto, completo y cerrado desde su origen, por el que editarán los cuatro números a lo largo de este año, Casciari y Basilis se lanzaron a la aventura de vender un producto antes de que estuviera siquiera materializado. De esta forma opuesta a como se realiza con cualquier otra publicación, los creadores de "Orsai" utilizaron el misterio para impulsar la revista a través del blog en el que se contaban los pasos que iban dando, y que no era otra cosa que una campaña de márketing con la que fomentar la publicidad boca a boca. "Lo primero fue vender el deseo de la revista y eso lo conseguimos con el blog, contando el backstage de cómo se iba haciendo", dijo en su visita al Máster de ABC, "hicimos desear el producto, que es lo contrario de lo que hacen los medios ahora".

En el interior de las más de doscientas páginas de "Orsai", el lector puede encontrar artículos escritos por periodistas y autores que han colaborado en la causa, gente que Casciari y Basilis querían tener como plumas. Y ya tienen una lista de los que escribirán en las siguientes publicaciones, "queríamos ver en una revista lo que a nosotros nos interesara, y escrito por quien mejor lo pudiera hacer. Hay gente a la que conocemos desde que somos pequeños y gente a la que no conocemos, pero que nos ha llegado que son los mejores en ese tema". Hay artículos escritos por guionistas de cine, profesores, editores, filósofos, escritores... una amalgama de autores que han parido textos también variados: una entrevista a Enrique Meneses, una crónica sobre ir a un aeropuerto sin pasaporte para que le deporten; también hay ficción, historias gráficas, etc. Un producto comunicativo nuevo y heterogéneo, con una edición pulcra y una puesta en página muy cuidada.

Financiación alternativa
El punto en común que unifica la variedad de temas y autores es el sueño compartido entre estos dos grandes amigos, Basilis y Casciari, Casciari y Basilis, que nunca pensaron en el lector , sino en cumplir su deseo. "[En este primer número] éramos lectores, no profesionales, vamos a divertirnos". Pero los sueños no son gratis y Casciari puso encima de la mesa la cantidad de cien mil euros -veinticinco mil para cada número-, dispuesto a perderlo todo -"Buscábamos una manera divertida de perder dinero", confesó-. La realidad le ha sorprendido a él mismo, "finalmente he puesto de mi bolsillo 210 euros; los sueldos y los gastos se han cubierto cona la venta de los ejemplares".

El diez de diciembre pasado se cerró el cupo para que los lectores se asegurasen un número. Los más de diez mil que los solicitaron fueron también los que distribuyeron el material al comprarlo en grandes cantidades y repartiéndolo a sus conocidos. Pero esta fórmula mágica no va a continuar en el siguiente número: "no conviene cansar al lector, que es el responsable del éxito, hay que dejarlo enamorado. En el siguiente contaremos con libreros, que no quisieron formar parte del proyecto", añadió Casciari.

Otro periodismo es posible
Para todos los que se quedaron con las ganas de comprar, malas noticias: de este primer número no van a salir más ejemplares. Casciari fue tajante al respecto, el proyecto estaba así pensado desde antes de salir, "la primera intención de limitar la tirada es hacer del primer número un objeto coleccionable y un objeto de deseo de quien no ha podido adquirirlo porque nunca va a tener la colección completa". Casciari demuestra con "Orsai" que otro tipo de prensa es posible, que un modelo sin publicidad es algo factible y que existen otras ventanas de financiación y de distribución que funcionan. El primer número no se vio en las tiendas ni en las librerías, pero ahora ya se puede comprar por Amazon o consultar gratuitamente en archivo PDF y, en breve, tendrá su aplicación para IPad. Una pequeña gran revolución.

Tranquilo y campechano, al editor argentino le gustan las cosas cercanas, por eso el proyecto "es todo muy personal, he mandado a amigos a buscar historias para el segundo número, pero para que las escriban como si me las estuvieran contando a mí". Desde el primer momento Casciari tuvo claro que el periodismo era el campo de la comunicación al que podría volver siempre, pero no era lo que realmente le apetecía -"es la novia con dinero"-. Empezó a escribir en el diario de su ciudad natal de Argentina con 13 años y ya le gustaba eso de contar historias, además, el diario estaba en las misma calle que su casa. "Me gustaba el olor de la panadería por la mañana y el de la imprenta por la tarde". Casciari también es sincero, "solo sé hacer una osa, es triste, pero así es, y es escribir", comenzó, "creo que hay que seguir los impulsos, después veremos". Por ahora, su revista ha logrado sus expectativas. Su sueño ha podido ver la luz y seguir creciendo.


La camiseta de Nadal


Algo le pasaba al manacorense, perdía más de dos kilos en un partido, se cambiaba de camiseta más de catorce veces en tres partidos, no estaba fino a pesar de haber superado a todos sus rivales con contundencia en el marcador y sin ceder un solo set.

El virus que le atacara en Doha parece estar pululando por su cuerpo, o puede que la camiseta roja brillante que estrenara para 2011 fuera demasiado estrecha para él.

Nadal superó su partido ante Marin Cilic luciendo un par de tallas más en su indumentaria y reconocía al final del encuentro que había sudado menos.

Quizá el virus se llamaba Nike. Pero parece que ya lo están arreglando.

Su máximo rival, y con quien han elevado el nivel de tenis a una liga superior, el suizo Roger Federer, alabó su trayectoria y recordó que la primera vez que le vio jugar en Miami -y ganarle siendo todavía un adolescente- vio en él el campeón que luego llegaría a ser “aunque solo era un partido, ya se veía lo que iba a ser”. Y la relación entre ellos no ha hecho más que afianzarse, la competitividad queda en la pista; fuera de ella son buenos amigos que, sobre todo, se tratan con el máximo respeto, desde el principio.

El de Australia es un campeonato importante para el mallorquín y así lo recuerda Federer, “va a por algo en particular, muy especial”. Let’s see.

Federer se da un paseo con su amigo Wawrinka para llegar a semifinales

No pudo con él, todo le salió bien a uno, y mal al otro. Wawrinka no fue el Wawrinka contra Roddick o contra Monfils, Federer no fue el Federer contra Simon. La diferencia fue insalvable para el número 19 del mundo. Y las semifinales, para el número 2.

Comenzó mal Wawrinka cediendo el primer servicio del partido. A partir de ahí, Roger se dio un festín y terminó la primera manga en treinta minutos. A partir de ahí, -y con treinta errores no forzados de Stan- el número 2 del mundo cogió la confianza que se le resistió en los dos sets que le arrebató Simon y logró su pase a cuartos en una hora y cuarenta y siete minutos.

A pesar del marcador, Federer defendió el juego de su compatriota y amigo, con quien ganara la medalla de oro en dobles en los Juegos Olímpicos de Pekín, “no era un partido fácil para él. Yo he jugado en muchos cuartos de final, por eso tengo la experiencia y el juego que se necesita en estas situaciones que él no tiene”.

“A pesar del marcador, ha sido un partido competido, sobre todo en el segundo set”, continuaba el de Basilea, pero “Roger ha tenido una respuesta para todo hoy”, reconocía Wawrinka, “él ha sido demasiado para mí”.

Le espera en semifinales quien le derrotara dolorosamente en el US Open, Novac Djokovic, quien asegura que “Federer es un jugador temible si lo dejas jugar cómodo, por eso trataré de cambiar el ritmo del partido. Si sigo jugando como hasta ahora, tengo mi oportunidad, pero es Roger Federer y todo sabemos que es el mejor jugador de la historia. Va a ser duro”, sentenció Djokovic después de derrotar a Berdych por 6-1, 7-6 (5) y 6-1 en el otro partido de cuartos.

El helvético no se quiere ver en la final jugando contra Rafa Nadal, “todavía tenemos que superar ambos jugadores que están jugando muy bien. No estoy concentrado en eso.” Pase lo que pase, sus compatriotas ya están pensando en hacerle una calle en Biel (Suiza).

La crisis no tiene "arreglo" (22 enero 2011, abc.es)

Solo en la calle Sáinz de Baranda se pueden encontrar hasta siete tiendas donde se arreglan o se reparan prendas de ropa y calzado. Parecía que, con la crisis, este tipo de establecimientos habían adquirido mayor notoriedad; la gente ya no «usa y tira», sino que «usa y reusa». Pero no parece ser la tónica general.

Ángeles Beltrán, dueña de una pequeña tienda de planchado y arreglos de ropa de la calle Antonio Arias lo sentencia segura de sus palabras «no se arregla más, sino distinto. Puede que venga más gente, pero tardan más en volver. Lo que sí noto es que la gente viene y mira mucho más el precio. Si es demasiado alto para ellos, se van». Luis Miguel Mínguez lo corrobora, indignado, «esto no va a mejor, sino todo lo contrario. Antes entraba ropa nueva para adaptar o cortar los bajos y cosas así; ahora entra ropa más usada, pero no más cantidad. Lo único bueno que puedo sacar es que, por lo menos, no he tenido que cerrar, como los 300.000 compañeros que sí lo han hecho». Además, el dueño de esta tienda de arreglos añade que no ha querido subir los precios, por la competencia, pero tiene miedo de perder su trabajo y mandar a sus dos ayudantes al paro. «Pago más impuestos, pero gano lo mismo, por lo que las ganancias son menores. Eso sí, todavía estoy esperando alguna ayuda para los autónomos».

En el mundo de la reparación de zapatos, Antonio es, podríamos decir, el más longevo de la calle. Un zapatero de juguete que, incansable, martillea las tapas de un zapato lidera su escaparate. Amplió su oferta de negocio con complementos —bolsos y cinturones— y plantillas, pero en los últimos dos años el negocio ha caído. «Más o menos, un 10%», señala Antonio, «se compra menos, pero tampoco se repara tanto como dicen».

Innovaciones
La crisis, por tanto, no tiene ningún arreglo ni nigún remiendo. Ni aquí, ni en China. La jefa de una tienda de ropa de este país —no quiere dar su nombre—, no habla muy bien el castellano —«solo cosas de ropa y números»— pero sí se le escapa decir que la crisis le ha afectado, como a todos. Su marido no tiene trabajo y la única que lleva el dinero a casa es ella. «No es como antes», comenta antes de despedirse. Pero ya están ampliando también sus ofertas. En varias tiendas chinas de ropa de los aledaños se pueden ver máquinas de coser y carteles de «Arreglos de ropa». La competencia entre los establecimientos, españoles o extranjeros, es atroz.

La sombra de la crisis parece no tener fin, pero una breve luz al final del túnel parece verse en otra zona del barrio. En la calle Narváez lleva un año instalado Nicolás Espinosa. En los diez que lleva en España ha pasado por muchas zonas de Madrid, pero es aquí donde ha encontrado cierta estabilidad. «Es verdad que se hacen menos copias de llaves, pero sí que se reparan algunos zapatos más que el año pasado». A ver si esta luz se propaga por el resto del barrio.

Aquí para ver el original.