miércoles, 26 de enero de 2011

"Con Orsai quería cumplir ciertos sueños privados"


La revista de Hernan Casciari se ha financiado solo con la venta de los ejemplares

Hernán Casciari tenía un sueño: leer, en una sola publicación, todo lo que a él y a su compañero y amigo Chiri Basilis les interesara encontrar en una revista. De esto hace ya treinta años, pero las circunstancias económicos e incluso sociales, nunca habían sido propicias para un producto así. Hasta 2011.

Con un proyecto, completo y cerrado desde su origen, por el que editarán los cuatro números a lo largo de este año, Casciari y Basilis se lanzaron a la aventura de vender un producto antes de que estuviera siquiera materializado. De esta forma opuesta a como se realiza con cualquier otra publicación, los creadores de "Orsai" utilizaron el misterio para impulsar la revista a través del blog en el que se contaban los pasos que iban dando, y que no era otra cosa que una campaña de márketing con la que fomentar la publicidad boca a boca. "Lo primero fue vender el deseo de la revista y eso lo conseguimos con el blog, contando el backstage de cómo se iba haciendo", dijo en su visita al Máster de ABC, "hicimos desear el producto, que es lo contrario de lo que hacen los medios ahora".

En el interior de las más de doscientas páginas de "Orsai", el lector puede encontrar artículos escritos por periodistas y autores que han colaborado en la causa, gente que Casciari y Basilis querían tener como plumas. Y ya tienen una lista de los que escribirán en las siguientes publicaciones, "queríamos ver en una revista lo que a nosotros nos interesara, y escrito por quien mejor lo pudiera hacer. Hay gente a la que conocemos desde que somos pequeños y gente a la que no conocemos, pero que nos ha llegado que son los mejores en ese tema". Hay artículos escritos por guionistas de cine, profesores, editores, filósofos, escritores... una amalgama de autores que han parido textos también variados: una entrevista a Enrique Meneses, una crónica sobre ir a un aeropuerto sin pasaporte para que le deporten; también hay ficción, historias gráficas, etc. Un producto comunicativo nuevo y heterogéneo, con una edición pulcra y una puesta en página muy cuidada.

Financiación alternativa
El punto en común que unifica la variedad de temas y autores es el sueño compartido entre estos dos grandes amigos, Basilis y Casciari, Casciari y Basilis, que nunca pensaron en el lector , sino en cumplir su deseo. "[En este primer número] éramos lectores, no profesionales, vamos a divertirnos". Pero los sueños no son gratis y Casciari puso encima de la mesa la cantidad de cien mil euros -veinticinco mil para cada número-, dispuesto a perderlo todo -"Buscábamos una manera divertida de perder dinero", confesó-. La realidad le ha sorprendido a él mismo, "finalmente he puesto de mi bolsillo 210 euros; los sueldos y los gastos se han cubierto cona la venta de los ejemplares".

El diez de diciembre pasado se cerró el cupo para que los lectores se asegurasen un número. Los más de diez mil que los solicitaron fueron también los que distribuyeron el material al comprarlo en grandes cantidades y repartiéndolo a sus conocidos. Pero esta fórmula mágica no va a continuar en el siguiente número: "no conviene cansar al lector, que es el responsable del éxito, hay que dejarlo enamorado. En el siguiente contaremos con libreros, que no quisieron formar parte del proyecto", añadió Casciari.

Otro periodismo es posible
Para todos los que se quedaron con las ganas de comprar, malas noticias: de este primer número no van a salir más ejemplares. Casciari fue tajante al respecto, el proyecto estaba así pensado desde antes de salir, "la primera intención de limitar la tirada es hacer del primer número un objeto coleccionable y un objeto de deseo de quien no ha podido adquirirlo porque nunca va a tener la colección completa". Casciari demuestra con "Orsai" que otro tipo de prensa es posible, que un modelo sin publicidad es algo factible y que existen otras ventanas de financiación y de distribución que funcionan. El primer número no se vio en las tiendas ni en las librerías, pero ahora ya se puede comprar por Amazon o consultar gratuitamente en archivo PDF y, en breve, tendrá su aplicación para IPad. Una pequeña gran revolución.

Tranquilo y campechano, al editor argentino le gustan las cosas cercanas, por eso el proyecto "es todo muy personal, he mandado a amigos a buscar historias para el segundo número, pero para que las escriban como si me las estuvieran contando a mí". Desde el primer momento Casciari tuvo claro que el periodismo era el campo de la comunicación al que podría volver siempre, pero no era lo que realmente le apetecía -"es la novia con dinero"-. Empezó a escribir en el diario de su ciudad natal de Argentina con 13 años y ya le gustaba eso de contar historias, además, el diario estaba en las misma calle que su casa. "Me gustaba el olor de la panadería por la mañana y el de la imprenta por la tarde". Casciari también es sincero, "solo sé hacer una osa, es triste, pero así es, y es escribir", comenzó, "creo que hay que seguir los impulsos, después veremos". Por ahora, su revista ha logrado sus expectativas. Su sueño ha podido ver la luz y seguir creciendo.


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