miércoles, 9 de marzo de 2011

Inocencio Arias en el Máster

«No quería la intervención, pero sí creía que Saddam tenía armas»

La diplomacia española en la democracia se puede seguir con la trayectoria de Inocencio Arias, quien asegura que «la transparencia inmediata no es buena para la diplomacia, especialmente si hay en juego negociaciones sin cerrar. Después, sí deberías ser honesto». Y así lo fue en su visita a ABC.

Han pasado ya casi ocho años desde la foto de las Azores, pero la situación actual de la política española con las revueltas árabes nos devuelven a la guerra de Iraq y la conveniencia o no de intervenir en el conflicto de Libia. Y a este respecto, Arias, como embajador de España en la ONU por aquel entonces, defendió la idea del gobierno de Aznar a pesar de la oposición social.


«Fue un momento duro en mi carrera. Tenía que defender lo que el Estado me decía y que estaba respaldado por una votación democrática en el Parlamento; si fuera por la opinión pública, estaría instaurada la pena de muerte», aseguró a ABC. Añadió también que el soporte jurídico estaba de su parte y todos los servicios de inteligencia y los medios de comunicación no desmentían las sospechas sobre las armas de destrucción masiva..

Quitada la pajarita diplomática, Arias confesó que «personalmente no quería la intervención, pero sí creía que Saddam tenía armas. Si la idea me hubiera repugnado moralmente, habría dimitido». Así que la decisión de entrar en la guerra estuvo muy influenciada por la información que llegaba de Norteamerica. Y tuvo mucho de pagar favores a Estados Unidos -como el de Perejil o que ETA entrara en la «lista negra» de grupos terroristas- y, sobre todo, de ser visibles en el mundo. Algo que Arias critica de este actual gobierno socialista: «Es el que menos prestigio y menos credibilidad desprende de los cinco gobiernos democráticos. Zapatero no se siente cómodo con los temas de exterior porque no los domina. Ya no da más de sí en».

La guerra de Iraq, por tanto, tuvo apoyo jurídico y no fue ilegal ya que nunca se votó en las Naciones Unidas, por miedo a que Rusia la vetara, pero tampoco se aprobó. «Se ve a la ONU como una organización que siempre se queda corta: está muy dividida porque son los subalternos de los Estados que tienen muchos intereses», continuó, pero si en Libia continúan las matanzas, se dará la misma situación que en Iraq y se entrará en la guerra «aun sin el voto de la ONU», concluyó Arias.

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