miércoles, 6 de abril de 2011

Rogelio Alonso: "El terrorismo es sexy para los medios de comunicación"

El catedrático y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos, Rogelio Alonso, no hubiera llevado a portada el último comunicado que dio ETA para informar de que cesaba en sus acciones armadas ofensivas. «Darle tanta importancia a esa comunicación es tragarnos la narrativa de la banda». Así criticó la cobertura ofrecida por los medios españoles.

A pesar de que sí defiende el análisis y la crítica, en su visita a ABC, dejó claro que ofrecer la portada era una plataforma de lanzamiento y un altavoz para la justificación de la banda terrorista. «Se hizo una noticia de una no noticia, y con la excusa de querer dar un enfoque diferente, les seguimos dando una relevancia innecesaria», continuó el catedrático. Puso de ejemplo el error que también cometiera la cadena británica BBC al hacer a ETA protagonista del día. «Se convirtieron en portavoces de la banda y, a pesar de considerarse neutrales, disfrazaron el parón técnico por problemas económicos y políticos en un alto el fuego que les hizo parecer buenos».

Alonso cree firmemente en que los medios tienen una responsabilidad para con la sociedad que se multiplica en los asuntos sobre terrorismo. Por ello, el periodista ha de ser crítico y argumentativo a la hora de ponderar una información y ponerla en el lugar que corresponde: «No puedes banalizar ni descontextualizar el tema, sino ser crítico y analizar las fuentes de donde viene la información». Por tanto, según Alonso, la entrevista que se realizó a Arnaldo Otegi en un programa de humor carece de la rigurosidad informativa que merece y debe predominar con estos temas tan delicados. «Desgraciadamente el terrorismo es sexy para los medios de comunicación», apuntó Alonso. Y lo más grave es que parece existir una fascinación por los verdugos, a los que se escucha con más atención que a las víctimas.

La justificación de que «hay que entender» los motivos de quien dispara le da miedo al catedrático porque se trata de una coacción hacia la opinión pública, «se acaba con el estado social y se le da una voz a un violador de derechos humanos a golpe de pistola». Mientras, según Alonso, la cobertura que se ofrece con las víctimas suele estar mediatizada por el dolor y la búsqueda del sensacionalismo, «respetar el duelo es un trabajo periodístico responsable, y darles un nombre a las víctimas para que se les devuelva la identidad que se les roba cuando les disparan». La peligrosidad de ser plataforma de lanzamiento también se realiza desde el lado de los poderes públicos.

La manipulación puede ir desde dos puntos de acceso, tanto para la banda terrorista, como para los propios poderes públicos. El 11-M y los intentos de favorecer la negociación con la banda terrorista ETA por parte del gobierno de Zapatero son solo ejemplos de cómo los medios siguen la estela de lo que parece relevante y, en muchas ocasiones, se convierten en instrumentos de canalización, olvidando la profesionalidad de contrastar las fuentes y analizar a fondo la información que se recibe. «No hay que seleccionar las noticias, pero si tienes en tu mano cierta información, debes investigar qué intereses puede haber detrás», argumentó Alonso.

Internet parece haber fomentado ese sensacionalismo y esa búsqueda incesante de la noticia de última hora al priorizar la rapidez y lo inmediato frente a la veracidad y al análisis. «La Red está propiciando la simplificación: hay que dar satisfacción a una demanda cada vez más constante».

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