jueves, 14 de abril de 2011

VISITA DE SANTIAGO SEGUROLA


Pausado, con voz tranquila y una mirada serena y tímida, Santiago Segurola dejó más de una lección de periodismo -deportivo y generalista- en su visita al Máster de ABC.

Su fascinación por el deporte viene de familia, pero, sobre todo, por el placer que le ofrece la lectura: «Una crónica deportiva contiene los mismos elementos que una novela o una película: drama, épica, tragedia, análisis». Y es lo que busca al escribir sus propias crónicas: contar una historia. Pero el trabajo no es tan sencillo, él mismo reconoció que el ejercicio de escritura requiere su práctica, su estudio, su implicación personal en la materia. «No se puede improvisar. Escribir de deportes tiene que ver con la pasión, con la experiencia y con el bagaje», comentó el actual adjunto al director del diario «Marca».


Esa pasión que impregna en sus crónicas es la misma que le hace recordar con nostalgia aquel tiempo en el que la relación entre el fútbol y el aficionado era más real, más cercana, más humana. «Del binomio fútbol-hincha, hemos pasado al fútbol-empresa que ha sobrepasado al deporte entero. Ya no es un entretenimiento, sino su primera industria», sentenció Segurola.
Y esa industria ha convertido la información deportiva en puro espectáculo donde cuanto más se grite y más ruido haya, mejor. Pero más allá de eso, nada. «Detrás del ruido hay aburrimiento, y pereza para no hacer las cosas bien», afirmó.

Esta falta de profesionalidad ha hecho que los medios se conviertan en depositarios de los intereses de los grandes clubes con los que hay que llevarse bien porque «pueden meter mucha presión». Y vaticinó que esta deshumanización del fútbol irá a más, porque el control de la información es cada vez mayor. «Hay más acceso, pero menos información real, muchas noticias se basan en rumores. Todo es más banal», aseveró el periodista.

Además, Segurola arremetió contra los periodistas anclados en el pasado. Ahora, con las nuevas tecnologías, periodista y lector han igualado su estatus; según Segurola, el lector se informa más por lo que se ha vuelto mucho más crítico. «Es el público más difícil: te mira más, te puede desmentir; venderle malos productos y sensacionalismo es tratarlo de tonto», se quejó. Por eso, Segurola exigió una mayor profesionalidad y calidad al hablar de un deporte tan «democrático» como el fútbol.

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