Doce años ya.
Huesca sigue tan pausada como siempre, pero se ha vuelto a convertir en geek, gurú y 2.0.
Después de 10 eventos entre mesas redondas, conferencias y tertulias, trato de hacer un balance positivo porque hoy ha salido el sol, estoy rodeada de amigos, somos los nuevos periodistas y lo estamos pasando bien.
Pero, y aquí viene el pero, me quedo con casi la misma sensación de la que salí de Burgos. (sin alcohol). Los congresos sirven para hacer contactos, pensar un poquito -poquito- en lo que se supone que viene o que traeremos, pero que nos vendrá queramos o no, nosotros decididiremos en qué puesto nos quedamos. Poco más.
Muchos soportes y muchos adjetivos que adornan estos días a la palabra PERIODISMO (así, con mayúsculas), pero que solo es dar vueltas y vueltas a unos términos abstractos y ajenos a lo que desde siempre es y será el periodismo: buscar, preguntar, cuestionar, filosofar, criticar, sentir, vivir, ayudar y poner todo eso en un papel, en una tableta o en las nubes, si lo logramos inventar. Que todo llegará.
Todos parecemos mejores periodistas después de tantas ideas y tantas buenas voluntades. Pero creo que eso solo se puede conseguir con un boli en la mano o con un ordenador bajo los dedos. Es decir, utilizar los cinco, seis o diez sentidos para captar el mundo desde nuestro punto de vista -que siempre será único y nuestro valor añadido- y mostrarlo de forma emocionante, atractiva y que haga pensar y/o entretener a quien quiera leerlo.
Por más vueltas que demos... esto es todo, amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario