jueves, 9 de diciembre de 2010

Kapuscinski desmitificado

La biografía de Kapuscinski revela las licencias poéticas del periodista polaco

El cruce de fronteras entre realidad y ficción descubre al Kapuscinski hombre, ni mito ni leyenda, un testigo activo de la historia contemporánea.

Hace tres años, el periodista y escritor polaco Ryszard Kapuscinski –verdadera eminencia dentro del mundo periodístico- murió a los 75 años dejando algunos de los reportajes y crónicas más relevantes y sobrecogedores de los últimos tiempos. Uno de sus más íntimos colaboradores y amigos, el también polaco Artur Domoslawski, acaba de publicar su biografía y el mito de Kapuscinski no ha hecho sino aumentar. Aunque quizá no de la forma que le hubiera gustado.

Kapuscinski non-fiction relata la vida y obra de un periodista que se atrevió a ser partícipe del acontecer del siglo XX. Domoslawski, compañero y antes alumno, examina a Kapuscinski como alguien que lo admiró porque “quise conocerle mejor, su obra y su camino, que es la de un hombre que fue testigo de momentos muy relevantes de la historia contemporánea polaca”, comentó en declaraciones a ABC.

Colaborador convencido del Partido Comunista, Kapuscinski fue más que un testigo. Sus textos periodísticos sobre los últimos imperios africanos o sobre las revoluciones en Latinoamérica reflejaron un total compromiso de su paso por el mundo. Sin embargo, según su biógrafo, por acción o por omisión, las crónicas de Kapuscinski están tildadas de licencias literarias que no se correspondían exactamente con la realidad. “Dudé en contar el cruce de fronteras entre el periodismo y la literatura”, argumentó Domoslawski, “lo que sí tenía claro era que necesitaba saber en qué contexto se escribieron.”

“Ahora le entiendo mejor y puedo comprenderle”
Domoslawski ha tenido que enfrentarse a multitud de críticas desde la publicación de su obra. Acusado de haber desenmascarado a un mito, el autor de Kapuscinski non-fiction no quiso juzgar. “Aunque creo que las fronteras entre periodismo y literatura son muy claras, no quise destruirle, sino contar la historia de un hombre que marcó mi vida y la del periodismo”, afirmó.

Además, después de investigar su vida “le entiendo mejor y puedo comprenderle porque me siento identificado en algunos momentos”. A pesar de que al periodista “no le hubiera gustado este libro, creo preferiría que fuera yo su autor, y no sus detractores”.

A Kapuscinski siempre le dolieron mucho las críticas, por eso dejó que el resto categorizara su obra y cuando las mentiras empezaron a engordar, ya era demasiado tarde. Así que tampoco le hubiera gustado el revuelo que se ha formado con su biografía, ya que “casi todo lo que se ha publicado en la prensa extranjera [de fuera de Polonia] es una lección de cómo funcionan los medios de comunicación. Se han basado en rumores y han criticado un libro sin leerlo”.

En cualquier caso, Domoslawski no ha hecho más que poner sus dudas sobre la obra de su mentor para ofrecer al mundo el Kapuscinski hombre, con sus fisuras y sus “defectos”. Porque siempre será mejor admirarlo por quien es que adorarlo por quien no es, y que sea el lector el que decida si Kapuscinski va en ficción o en no ficción.

Artur Domoslawski durante la rueda de prensa en el Máster de ABC

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