El virus que le atacara en Doha parece estar pululando por su cuerpo, o puede que la camiseta roja brillante que estrenara para 2011 fuera demasiado estrecha para él.
Quizá el virus se llamaba Nike. Pero parece que ya lo están arreglando.
Su máximo rival, y con quien han elevado el nivel de tenis a una liga superior, el suizo Roger Federer, alabó su trayectoria y recordó que la primera vez que le vio jugar en Miami -y ganarle siendo todavía un adolescente- vio en él el campeón que luego llegaría a ser “aunque solo era un partido, ya se veía lo que iba a ser”. Y la relación entre ellos no ha hecho más que afianzarse, la competitividad queda en la pista; fuera de ella son buenos amigos que, sobre todo, se tratan con el máximo respeto, desde el principio.
El de Australia es un campeonato importante para el mallorquín y así lo recuerda Federer, “va a por algo en particular, muy especial”. Let’s see.
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